domingo, 18 de septiembre de 2011

Culos, pompis, nalgas y traseros

Sometido a alguna de esas conversaciones profundas de las tantas de la noche, cuando encima de la mesa ya alguna que otra botella de Guiness vacía, una charla informal, no hay hueco para el deporte, la charla se reconvierte en algo profundo en un segundo, liviano al siguiente, llegamos a las mujeres, actuales, pasadas o futuras de nuestras vidas.

A hablar de nuestras debilidades o preferencias sobre ellas. Segundo profundo,  y creo que si las brumas irlandesas de la noche anterior no me juegan una mala pasada y leéis lo que escribo abajo notaréis cual fue mi elección.

Culo tiene esa “u” profunda que sostiene al  resto de la palabra dándole firmeza, de la que carecen el resto de las palabras que identifican la parte de la anatomía femenina de la que me gustaría hablar, como trasero, nalgas, pompis. Es la firmeza de las mujeres de nuestro tiempo, profesionales, deportistas, adolescentes de profesión que presentan todo el fascinante elenco, a saber culos prietos, breves,  altos, respingones, infantiles, pugnantes.

Lo confieso, me gusta la palabra culo. Trasero o posaderas me suenan vulgares, pompis, cursi  imagino a una mujer con aspecto de abeja, glúteos es diferente también tiene esa “u” profunda que sostiene al resto de la palabra, los glúteos  son un lujo de la naturaleza una especie de cola de pavo real desplegada. Una llamada a la especie. Son intemporales y eternos, como el de Sofía Loren, como lo será el de Marion Cotillard.

Los hay beligerantes, embutidos unos pantalones vaqueros, los hay expresivos o sobrios dentro de una falda, cualquiera de ellos, todos van dejando su mensaje allá por donde pasan, ¿quién  no se ha vuelto de forma sutil (o no) a mirar a esa mujer que pasa bizarra por la calle, y la ha seguido con la mirada varios metros más allá?Sin lugar a dudas el culo de la mujer es más expresivo que el del hombre, nadie lo puede negar, de hecho lo es todo el cuerpo, la mujer vive más enredada con él, es toda alma que dice a través de su cuerpo.

Nos seduce del  culo femenino en primera instancia su pura materialidad, luego su gracia y expresividad, vestido o desnudo, alto  o bajo, grande o pequeño. Y aunque a veces lo veamos así, separado, plural como las dos mitades de una manzana, nos gusta  realmente como una unidad singular, como el alma.

Para todas las mujeres que quise y las que quiero, con el mayor de los respetos y admiración.

2 comentarios:

  1. Ja, ja,ja.Divertido, ecribe más a menudo. Vas mejorando.

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  2. Nunca hubiera creído que la palabra culo me sonara hasta elegante. Muy buena reflexión Don Miguel.

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