domingo, 24 de abril de 2011

¿Aún sueñan los androides con ovejas eléctricas?

Me arriesgo y pongo en el dvd, "Soy el número 4" ... tardo veinte minutos en quitarla y siento la necesidad de escribir algo.
Siempre me ha gustado el cine de ciencia ficción. Pero ese no ese cine donde los protagonistas son puñeteros quinceañeros rubios o rubias con talla de sujetador digna de bailarinas exóticas que de forma absurda, inexplicable y con un trabajo interpretativo y un guión  a la altura de un concierto de Justin Bieber, y este el cine de ciencia-ficción que para mi desgracia no se filma ahora, son otros tiempos, y la verdad apestan.

Un poco atrás, vale, todavía después de ver La invasión de los ladrones de Cuerpos, Don Siegel (1956) miro bajo la cama esperando no encontrar una vaina enorme, aunque algunos años después volvieran a intentarlo con La invasión de los Ultracuerpos (1978) o Invasión (2007) todo se quedo en un bluf  insulso y pretencioso. Sigo? Si venga, un poco más, y La guerra de los Mundos (1953) la de Byron Haskyn, no la de Spielberg que con todos mis respetos aquí, salvo las lecciones magistrales de dirección de actores, y  por que sino el sr. Cruise, pues no. Esta película consiguió desbancar en mi escala de odio niños actores a Damien, y me refiero a el personaje de Dakota Fanning.

Podría seguir así con algunas más de aquella época dorada del cine, Planeta Prohibido, Ultimátum a la tierra, El planeta de los simios, Farenheit 451 ... Finaliza el cliclo dorado con Star Wars (1977) , de esta creo que esta todo dicho, y hasta los ochenta cada vez  menos...

 ¿Alguien es capaz de recordar la estupenda Atmósfera Cero (1981) Aquella versión espacial que hizo Peter Hyams con Sean Connery de Solo ante el peligro, un excelente trabajo de guión, de movimiento de cámara, e incluso Connery que a veces le cuesta no hacer de Connery daba juego.
   Llego a mi favorita a la película que marca un antes y un después de hecho acuño un nuevo término "ciberpunk" me refiero a Blade Runner (1982) Ridley Scott. Oscura, húmeda, nunca para de llover. Vemos una metrópolis llena de neón, una futurible aldea global de razas, de modas asentadas sobre un mundo en que el temor a la muerte se aprovecha en un tráfico soterrado de órganos. Un mundo en el que un policía descreído, cadí finiquitado debe enfrentarse a una misión que ni si quiera era para el, al filo de la cuchilla, o mejor a caminar sobre el filo de esa misma cuchilla, estando siempre al borde de todo, y de todos.
  Rick Deckard debe enfrentarse a sus miedos, a las preguntas que nunca se atrevió a  hacer mientras debía descubrir replicantes sometidos a la tortura delVoight-Kampf, esa suerte de esclavos robot con fecha de caducidad. Según pasa el tiempo, Deckard empieza a cambiar, conoce a Rachel, una pieza única que esta al lado del Dr. Eldon Tyrell, de la que inevitablemente se enamora.

  Las historia nos muestra una sociedad tecnológica corrupta y decadente, la ampulosidad de las habitaciones de Tyrell  frente a las habitaciones del fabricante Sebastian en el Edificio Bradbury, donde después de finiquitar a un grupo de rebeldes replicantes que solo buscan respuestas Deckard se enfrenta cara a cara con su líder Roy Batty, un estupendo compañero de viaje de Harrison Ford en este trabajo.
   Es en este último cuarto de la cinta donde Deckard lucha con Batty, pero también consigo mismo, donde al final descubre lo que durante tanto tiempo ha estado buscando, un sentimiento verdadero, y lo descubre frente a los ojos de una "máquina" más humana que lo que el ha sido hasta entonces, cerrando en enfrentamiento con una sentencia que permanecerá para la eternidad del cine:
  
" I've seen things you people wouldn't believe. Attack ships on fire off the shoulder of Orion. I've watched C-beams glitter in the dark near the Tannhauser Gate. All those moments will be lost in time, like tears in the rain. Time to die "

  "Todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia" y encima fue casual, Hauer se la sacó de la manga, impresionante. Bueno, podría alargar un poca más, pero siempre me pasa lo mismo cada vez que hablo de esta película, me entran ganas de verla otra vez.

   Seguro que me olvido de alguna, pero a estas alturas de la tarde, en mi cabeza ya suena Vangelis, empiezan los títulos de crédito, y sin una máquina de  Voight-Kampf, solo puedo preguntarme si los androides siguen soñando con ovejas eléctricas ...


(*)¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? (en inglés: Do Androids Dream of Electric Sheep?) es una novela corta, perteneciente al género de la ciencia ficción, escrita en 1968 por Philip K. Dick (1928-1982),Blade Runner, dirigido por Ridley Scott en 1982 se basa –aunque muy libremente– en esta novela. Dick murió ese mismo año, antes de que se estrenara la película.